Tres delanteros han logrado hasta ahora alzarse con el trofeo Pichichi enfundados en la elástica blanquiazul del Real Club Deportivo. Bebeto, Tristán y Makaay participaron en la época dorada del club y lograron diversos títulos oficiales con la entidad coruñesa
BEBETO, RAPIDEZ Y EFICACIA
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El brasileño Bebeto |
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Una estrella brasileña se encargó de consumar, con sus goles, la vertiginosa evolución de un club tradicionalmente humilde. José Roberto Gama de Oliveira cruzó el charco en 1992 para integrarse en el Deportivo, después de haber militado en el Flamengo y el Vasco de Gama. La grada de Riazor, que pronto comenzó a llenarse, se acostumbró a corear su apodo futbolístico: Bebeto. El bahiano era un hombre letal como ningún otro en el área. Los coruñeses acabaron la Liga en el tercer puesto y él fue el máximo goleador del campeonato con un total de 29 dianas, batiendo en alguna ocasión a todos sus rivales a excepción del Valencia. Su apariencia frágil iba ligada a su velocidad y su oportunismo. Bebeto apenas perdía balones y aprovechaba cualquier espacio. Entre sus brujerías más recordadas se encuentra un gol convertido frente al Espanyol tras romper por partida doble la cintura de su marcador, con taconazo incluido en carrera; también es difícil cansarse de ver el control de pecho y el posterior derechazo a la escuadra en la ida de un partido de cuartos de final de la Copa de la UEFA contra el Borussia de Dormunt, equipo que prácticamente lo tenía atado antes de que Lendoiro irrumpiese en las negociaciones; en su último año como deportivista, además, machacó al Albacete con cinco 'chicharros', cuatro de ellos registrados en los últimos minutos.
DIEGO TRISTÁN, CONTROVERSIA Y TALENTO
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Tristán evita a un rival |
A finales de los años 90, un chaval de la localidad sevillana de La Algaba soñaba con subir al primer equipo del Real Betis. Dos años después decidió probar fortuna en las categorías inferiores del Real Mallorca, donde coincidió con Albert Luque, y debutó en Primera de la mano de Fernando Vázquez a comienzos de la temporada 99-00. Con 23 años, Diego Tristán se había convertido en toda una revelación, un delantero que firmó un contrato con Lorenzo Sanz cuando éste era candidato a continuar en la presidencia del Real Madrid. La victoria de Florentino Pérez, que había contratado al barcelonista Figo, dio un vuelco a la situación. El andaluz recaló en el Dépor, que desembolsó una importante cantidad de dinero para hacerse con sus servicios. Esas expectativas provocaron que, desde un principio, fuese un jugador muy discutido por algunos sectores de la afición coruñesa. En su primer año como blanquiazul, el algabeño produjo una magnífica cifra de goles y superó al holandés Roy Makaay, aunque concentró sus 19 tantos en sólo nueve partidos. Se gran temporada como deportivista, en cambio, fue la siguiente: sin tratarse de un indiscutible en el once inicial, consiguió fusilar en 21 ocasiones la portería contraria, lo que le permitió concluir como máximo goleador del campeonato liguero. Tristán destacaba por su habilidad, su talento para el regate y la precisión de sus disparos, si bien sus críticos consideraban que solía empacharse de balón.
MAKAAY, EXPLOSIVIDAD Y PEGADA
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Makaay, garantía de grandes goles |
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Roy Makaay era una gran promesa del fútbol holandés cuando, con 22 años, el Betis se planteó la opción de incorporarlo a su plantilla. El delantero recaló finalmente en Tenerife, club con el que desciende en su segunda temporada en España. El Deportivo logra entoces su traspaso para reforzar los puestos de ataque. El Turu Flores había encandilado a la grada la campaña anterior, pero Jabo Irureta se decantó por Makaay desde un principio para la zona del '9', mientras que el argentino dispuso de más minutos en la banda izquierda. Y el holandés no decepcionó a su técnico; en su debut liguero en Riazor, Makaay fustigó al Deportivo Alavés con tres goles en los que demostró muchas de sus cualidades: excelente remate de cabeza, descaro, velocidad pasmosa a la contra, pontente chut con ambas piernas e impecable golpeo de primeras. El Deportivo se proclamó campeón de Liga y su delantero centro anotó el gol de la sentencia en el último partido. El posterior fichaje de Diego Tristán le obligó a pugnar por la titularidad, especialmente durante la segunda temporada del andaluz en el conjunto gallego, por lo que Irureta se acostumbró a desplazar a Makaay a la posición de extremo derecho. Pese a ello, los mejores números del holandés llegaron en la temporada 2002-2003, cuando selló 29 tantos en 38 partidos, lo que valió una Bota de Oro.