jueves, 4 de junio de 2015

Vecinos de primera categoría

Un repaso a los mejores derbis disputados por los herculinos en Primera División. Victorias y derrotas vividas con una pasión especial

Viñeta sobre 'O noso derbi' publicada en Faro de Vigo
El fútbol no sería lo mismo sin los partidos de máxima rivalidad, bien sea por el nivel de los equipos o por su proximidad geográfica. Se trata de ocasiones idóneas para llenar un estadio y saborear con más rabia el triunfo. Y esta es la historia de algunos derbis protagonizados por el Deportivo de La Coruña.

El primer enfrentamiento entre Deportivo y Celta en la División de Honor se produjo en la temporada 1941-42. Era el cuarto partido de los coruñeses en la categoría de oro, y cayeron por 2-1 en la ciudad olívica. La venganza llegó en el partido de vuelta, disputado en el viejo campo de Riazor: el conjunto blanquiazul derrotaba a su rival por cuatro goles a cero.

En esos choques primaba siempre el orgullo, que duele especialmente cuando la diferencia entre unos y otros se materializa a través de una severa derrota. La victoria más abultada a favor de los celestes se presenció en la temporada 1951-52, cuando vencieron como locales por 6-1 a pesar de que el Deportivo había inaugurado el marcador.

Cuatro años después, la escuadra herculina le endosó una 'manita' al Celta. Esa proeza se repitió una noche en Balaídos, a principios de 2004. Los locales, conocidos como 'la máquina' por su juego de equipo, disputaban la Liga de Campeones por primera vez en su historia, pero los problemas internos acabaron hundiéndolos en Segunda División.

Otro encuentro especial se vivió el año en que el Deportivo se alzó con el título de campeón de Liga. Corría la decimosexta jornada cuando los coruñeses lideraban ya el torneo, pero el Celta, situado en el segundo puesto de la tabla, podía acercarse a dos puntos si vencía en Riazor. En un partido tenso e igualado, Turu Flores desequilibró la balanza a favor de los locales. Y es que el argentino perforó la meta viguesa en cinco ocasiones durante su trayectoria como deportivista. Cuatro de esos goles valieron una victoria.

Sin embargo, el Deportivo de La Coruña tuvo otros rivales gallegos en Primera División. Tal es el caso del Pontevedra, que militó seis temporadas en la máxima categoría durante los años 60 y coincidió en tres de ellas con sus vecinos del norte. En total: dos victorias, dos empates y dos derrotas.

Más recientes, aunque medio olvidados, se encuentran los cruces con la Sociedad Deportiva Compostela en los años 90. La época dorada de un club que necesitó refundarse. La capital gallega vivió un sueño cuando disfrutó de un modesto equipo que aguantó cuatro temporadas en la División de Honor del fútbol español.

Todo comenzó en la campaña 1994-95. Los santiagueses sufrirían hasta la jornada final. El Deportivo contribuyó a la permanencia del Compostela marcando ocho goles en Albacete, y en San Lárazo se animaron a corear, sin que sirviese de precedente, el nombre de la escuadra herculina.

Meses después aterrizó Toshack en A Coruña, y el Deportivo, flamante campeón de la Copa del Rey y de la Supercopa de España, aspiraba a ganarlo todo. El jarro de agua fría llegó en la segunda jornada de aquella temporada de Liga, cuando el Compostela castigó al Deportivo con un sorprendente 4-0 que dejó tocados a los blanquiazules. Fernando Vázquez corría por la banda tras cada gol de sus hombres.

La próxima temporada disfrutaremos de nuevo de la posibilidad de sentir la emoción de presenciar un derbi entre dos clubes gallegos en la categoría principal de una de las mejores ligas del mundo. Tal vez la espectacularidad o el resultado final de esos encuentros nos regale momentos históricos. En cualquier caso, estos eventos invitan a que las dos aficiones demuestren su madurez y pongan de manifiesto que se puede desatar la euforia sin perder la deportividad y el sentido común.





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