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Los brasileños Pelé y Garrincha |
La promesa se cumplió en Suecia ’58. El adolescente
que portaba el número 10 de Brasil parecía
capaz de todo. Pelé jugó la final y marcó dos goles para su selección, que
derrotó por 5-2 a los anfitriones. Su club, el Santos, se convirtió poco a poco
en un fenómeno mediático. Y la relación de Pelé con la prensa era siempre extraordinaria.
La conducta habitual de Mané Garrincha era muy
diferente. Alcohólico, rebelde y mujeriego, el rey del regate poseía una
habilidad deslumbrante que le convertía en la otra gran estrella del fútbol
mundial. Un malabarista del balón que brillaba dentro del campo; un calavera
que se perdía entre las sombras de la noche fuera de él. Su indisciplina le
apartó de la pugna por ser el mejor de la historia.
Los dos astros brasileños se midieron en Riazor el
21 de junio de 1959. XIV edición del trofeo Teresa Herrera de fútbol. Santos y
Botafogo eran los invitados a disputar el título coruñés a partido único. La
expectación trascendió las fronteras gallegas. La fiesta estaba asegurada y la
gente invadió las calles aquella calurosa tarde de sol.
40.000 privilegiados asistieron en directo al evento desde las gradas del recinto herculino. El Santos alineó de inicio a Carlos; Pavan, Mourão, Getúlio; Ramiro, Zito; Dorval, Jair, Alfonso, Pepe y Pelé. La formación del Botafogo estaba compuesta por Ernani; Thome, Nilton Santos; Borges, Airton, Chicão; Garrincha, Didí, Paulinho, Waldir y Zagallo.
La exhibición técnica ofrecida por los jugadores de ambos conjuntos no estuvo exenta de acciones que acabaran en gol. Pelé protagonizó la primera; un defensor le derriba dentro del área a pocos minutos del final de la primera parte. 'O Rei' se disponía a chutar a portería en aquel momento, pero su compañero Pepe fue el encargado de transformar en gol el penalti señalado por el colegiado, Enrique Blanco Pérez, que había anulado un gol a Pelé por fuera de juego en los primeros compases del choque.
El segundo tanto del Santos, logrado en el minuto 15 de la segunda mitad, supuso la confirmación de que había merecido la pena desplazarse al estadio coruñés para contemplar aquel gol de un futbolista destinado a grabar su nombre en la historia de este deporte. Pelé evita a varios rivales y deja a Ernani a media salida con un disparo cruzado que aumenta la ventaja del equipo santista en el marcador.
El ritmo pausado que caracterizaba el juego de ambos equipos en aquella época no impedía disfrutar de la exquisitez y la belleza de algunos detalles que reflejaban la calidad de los brasileños.
El Botafogo, algo desdibujado a nivel ofensivo, trató de reaccionar sin ocasionar tanto peligro como el cuadro oponente. El tercer gol del Santos subió al marcador en el minuto 21 del segundo tiempo después de que Coutinho (que había sustituido a Alfonso) aprovechase una asistencia de Pepe.
Mário Lobo Zagallo reduce la distancia tres minutos más tarde con un lanzamiento espectacular que no logra atajar el portero. Zagallo había sido compañero de Pelé en el Mundial celebrado el año anterior, volvió a compartir vestuario con él en Chile '62 (donde Brasil también se proclamó vencedor) y ocupó el cargo de seleccionador del mítico Brasil de 1970 que consiguió, en México, su tercera Copa del Mundo con Pelé todavía de titular.
Pepe resuelve de nuevo con un potente remate para culminar la goleada del Santos, claro merecedor del trofeo y de los elogios de un público satisfecho que reconoció el talento mostrado sobre el césped de Riazor.
El galardón aún consistía en una copa a la antigua usanza que los paulistas recibieron mientras se oía una atronadora ovación. Los jugadores del Santos dieron dos vueltas al campo para saludar a la hinchada.
Pelé agradeció ante la prensa el apoyo recibido por parte de los aficionados y declaró que su rendimiento había sido el habitual a pesar del exceso de viajes. Garrincha, en cambio, admitió que no había encontrado su mejor versión durante el partido debido al agotamiento que sentía tras varios meses de competición.
40.000 privilegiados asistieron en directo al evento desde las gradas del recinto herculino. El Santos alineó de inicio a Carlos; Pavan, Mourão, Getúlio; Ramiro, Zito; Dorval, Jair, Alfonso, Pepe y Pelé. La formación del Botafogo estaba compuesta por Ernani; Thome, Nilton Santos; Borges, Airton, Chicão; Garrincha, Didí, Paulinho, Waldir y Zagallo.
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Los aficionados abarrotaban Riazor en las grandes ocasiones |
La exhibición técnica ofrecida por los jugadores de ambos conjuntos no estuvo exenta de acciones que acabaran en gol. Pelé protagonizó la primera; un defensor le derriba dentro del área a pocos minutos del final de la primera parte. 'O Rei' se disponía a chutar a portería en aquel momento, pero su compañero Pepe fue el encargado de transformar en gol el penalti señalado por el colegiado, Enrique Blanco Pérez, que había anulado un gol a Pelé por fuera de juego en los primeros compases del choque.
El segundo tanto del Santos, logrado en el minuto 15 de la segunda mitad, supuso la confirmación de que había merecido la pena desplazarse al estadio coruñés para contemplar aquel gol de un futbolista destinado a grabar su nombre en la historia de este deporte. Pelé evita a varios rivales y deja a Ernani a media salida con un disparo cruzado que aumenta la ventaja del equipo santista en el marcador.
El ritmo pausado que caracterizaba el juego de ambos equipos en aquella época no impedía disfrutar de la exquisitez y la belleza de algunos detalles que reflejaban la calidad de los brasileños.
El Botafogo, algo desdibujado a nivel ofensivo, trató de reaccionar sin ocasionar tanto peligro como el cuadro oponente. El tercer gol del Santos subió al marcador en el minuto 21 del segundo tiempo después de que Coutinho (que había sustituido a Alfonso) aprovechase una asistencia de Pepe.
Mário Lobo Zagallo reduce la distancia tres minutos más tarde con un lanzamiento espectacular que no logra atajar el portero. Zagallo había sido compañero de Pelé en el Mundial celebrado el año anterior, volvió a compartir vestuario con él en Chile '62 (donde Brasil también se proclamó vencedor) y ocupó el cargo de seleccionador del mítico Brasil de 1970 que consiguió, en México, su tercera Copa del Mundo con Pelé todavía de titular.
Pepe resuelve de nuevo con un potente remate para culminar la goleada del Santos, claro merecedor del trofeo y de los elogios de un público satisfecho que reconoció el talento mostrado sobre el césped de Riazor.
El galardón aún consistía en una copa a la antigua usanza que los paulistas recibieron mientras se oía una atronadora ovación. Los jugadores del Santos dieron dos vueltas al campo para saludar a la hinchada.
Pelé agradeció ante la prensa el apoyo recibido por parte de los aficionados y declaró que su rendimiento había sido el habitual a pesar del exceso de viajes. Garrincha, en cambio, admitió que no había encontrado su mejor versión durante el partido debido al agotamiento que sentía tras varios meses de competición.
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